La industria cinematográfica mongol no es una industria nueva, las primeras incursiones datan de la década de los veinte y su evolución llega hasta el día de hoy. Aunque sus grandes éxitos no gozan de fama internacional y son clasificados por la industria en general como cine alternativo o de bajo presupuesto, ciertamente el esfuerzo, el empeño y el mensaje que nuestro cine tiene impregnado en cada cuadro de filmación demuestra la calidad del trabajo mongol.
Todo comenzó cuando el Partido del Pueblo de Mongolia, en sus primeros años de gobierno, decidió usar el cine como medio de difusión educativa para las regiones lejanas y apartadas de Mongolia, es por eso que a partir de 1926 se usaron instalaciones móviles de cine para transmitir el mensaje soviético al pueblo mongol. Fue así como una década después se fundó el teatro Ard en Ulan Bator, primer teatro fijo donde se proyectaban películas de diferentes tonos.
En el año de 1935 la industria del cine mongol dio un giro importante con la creación de los estudios nacionales de cinematografía Mongol Kino, estudios que permitieron impulsar durante la década de los cuarenta la producción de grandes films, tanto de propaganda soviética como de nuestra ancestral cultura. Películas como Mongol Khüü y Norjmaagiin Zam marcarían la pauta para las nuevas producciones mongolas.
A pesar de todo, los films predominantes seguían siendo soviéticos y bajo un estricto control del gobierno del Kremlin. Ya dentro de la posguerra y con el control soviético un poco suavizado, la era de las comedias y los musicales llegó a Mongolia, así como largometrajes sobre la clase trabajadora y la forma de vida de un obrero en la sociedad, a pesar de que para entonces la mayor parte del pueblo mongol se mantenía en la ruralidad. Resaltando en el genero de "héroe de la clase trabajadora" se encuentran films como Gologdson khüükhen y Serelt.
La década de los 70 fue fuerte en la producción documental, el tipo de documentales que eran producidos resaltaban los valores revolucionarios, se basaban en los héroes de la revolución de 1921 como la afamada Tungalag Tamir, que estaba relacionada directamente la novela de ficción histórica del mismo nombre escrita por Chadraabalyn Lodoidamba.
Finalmente, tras la caída del régimen comunista, la industria cinematográfica se vio afectada pues su mayor contribuyente era el gobierno soviético, pero a pesar de eso, el Momgol Kino busco el apoyo que necesitaba en el extranjero, habiendo directores de todas partes interesados en la industria mongol y por supuesto en el valor del recurso histórico y la riqueza cultural de nuestro País.
Las películas más nuevas que encontramos, son películas como Moilkhon que dan una visión crítica de como impactó el régimen comunista a la sociedad mongol, ambientada en 1930 es una película altamente interesante. Narra la historia de una pareja de recién casados en busca de una nueva vida, afectados por las purgas soviéticas, que consistían en la eliminación de los indeseables por parte del partido del pueblo.
La industria fue apoyada durante los duros años noventa por estudios japoneses y de ucrania, mejorando la calidad de las proyecciones con elementos de grabación mejores y repartos netamente nativos, ese apoyo fue crucial para el resurgir de nuestra industria.
Para finalizar es preciso decir que el cine mongol es rico en distintos tipos de producciones, hay variedad para todo publico, existe el genero de comedia, ficción, ficción histórica, drama y documental, todos en la actualidad con un solo fin, dar a conocer y resaltar los aspectos maravillosos de nuestra cultura.
Un dato curioso es que la producción Mongol, que habla sobre la vida de Genghis Khan, no es una producción mongol, fue dirigida y filmada en Rusia y su reparto no incluyó a ningún actor o actriz de nuestro país. Sin embargo, eso demuestra el gran interés de otros países hacia la historia de Mongolia.
Trailer de la producción "The Cave of the Yellow Dong"
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