26 metros de altura, el bronce en su interior está recubierto con una lamina de oro que le da un dorado majestuoso que se logra confundir con uno de los atardeceres del Desierto del Gobi, su imponente figura crea un ambiente de paz y tranquilidad a su alrededor, es por esto, que cuando se entra al monasterio que lo resguarda sólo es posible entrar en una profunda meditación ante este gran Buda.
Las pistas están dadas, sin embargo, en qué lugar del mundo se podrá encontrar esta escultura llena de magia e historia, se estarán preguntando. La respuesta es muy sencilla, sólo tienen que buscar en el mapamundi, específicamente en Asia el nombre de un país que con sólo nombrarlo evoca fuerza e ímpetu y recuerda la historia de un imperio que casi no conoce límites.
Con seguridad ya se dieron cuenta del lugar al que estoy haciendo referencia, precisamente es Mongolia, un país con vasta riqueza en cada uno de los aspectos a los que el lector se remita. Sin embargo, este espacio está dedicado a un conjunto histórico que hace parte de las maravillas del mundo que cualquier persona debe visitar antes de morir.
Su simplicidad es su belleza. Estar frente al Monasterio de Gandan, es darse cuenta del viaje histórico que representa Ulan Bator, la capital de Mongolia. Es más, hay quienes dicen que a pesar de la inexistencia de una máquina del tiempo, llegar a Mongolia es remitirse a la historia de Asia en segundos, es conocer una cultura con influencias de oriente y occidente en un mismo lugar, y el Monasterio de Gandan, hogar del buda de oro, no es la excepción.
Su historia se remonta a años inmemoriales cuando tuvieron que trasladarla del centro de Ulán Bator a un espacio de mayor tamaño. Se configuró allí, uno de los más grandes centros de enseñanza del budismo. Se demuestra la importancia de este lugar puesto que su alcance y la fuerte representación de esta religión, hacen que no sólo sus saberes lleguen a los mongoles, sino que el mundo del budismo tenga acceso y se beneficie de ella.
Como parte de su historia, este mágico lugar tuvo que vivir experiencias marcadas por el dolor, como la que se vivió en 1938 cuando cinco monasterios que hacían parte de este maravilloso complejo histórico fueron destruidos por los rusos; aun así, el Monasterio Gandan fue el único en sobrevivir a esa purga. O cuando el Buda original fue tomado por los rusos durante la Segunda Guerra Mundial para fundirlo y usarlo como metal de uso exclusivo para la guerra.
Su constante renovación es muestra de la fuerza de los mongoles y de la fuerte influencia de la fe que profesan en su vida diaria. Los devenires de este lugar, han hecho del Monasterio Gandan (Gadantegchinlen Khiid), honor a su nombre, que significa “el gran lugar de la alegría completa”, puesto que sólo se necesita sentarse cerca a él, para entender el gran valor de este lugar para la cultura mongol, envuelta en rituales que llevan a sentir un éxtasis inolvidable.
Ya estando en el Monasterio, es imposible dejar de percibir otros edificios que se encuentran a su alrededor, tales como la universidad o la biblioteca, las cuales poseen escrituras budistas de gran importancia. El budismo influye cada parte de la vida de un mongol y eso se manifiesta en estos lugares.
La magia no sólo rodea al monasterio Gandan, también llena otros espacios y los convierte, con una energía mística, en lugares de infaltable recordación, tales como el Monasterio de Choijin, un monasterio Lama, completado en 1908; estuvo activo hasta 1938, cuando los comunistas rusos lo cerraron y fue convertido en museo para el año 1942. Es uno de los Monasterios más antiguos de Mongolia
Dato curioso:
Mongolia profesa en su
mayoría el budismo tibetano, eso no es algo nuevo, lo que es novedoso es
que el concepto Dalai Lama viene de Mongolia. La historia comienza cuando el
tercer Dalai Lama termina por convertir a los mongoles al budismo; el titulo de
Dalai Lama fue otorgado por Altan Khan, soberano mongol. Dalai en su idioma original,
significa grande como un océano, es así como Dalai Lama significa, “maestro
grande como un océano”.
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