Cook Like a Nomad

La gastronomía mongol es una gastronomía diversa, a pesar de lo que podría llegar a pensar. La tradición nómada del país, donde las personas viajan de un lado a otro buscando los pastos frescos para su ganado, ha generado la necesidad de crear platos que se adapten a las necesidades en el terreno y las estaciones, especialmente los inviernos. 

Las pastas a base de diferentes tipos de harina, los frutos secos, quesos y especialmente las carnes con altos valores en calorías son alimentos básicos para la cultura nómada y su supervivencia, en un país donde el frío es permanente, los inviernos son crudos e intensos. 

Dentro de toda esta gama de alimentos descubrimos platos de origen, que tienen como atractivo para occidente su exótica preparación así como su presentación, aromas y sabor. A continuación presentaremos cuatro de los platos más atractivos y conocidos mundialmente dentro de la gastronomía mongol.


1) Steak Tartar: 



El Steak Tartar, aunque su nombre lo distancia de Mongolia, es un platillo autóctono del País. Sus altos niveles caloricos permiten que sus consumidores tengan energía suficiente para las largas caminatas en las estepas bajo los duros climas del centro de Mongolia. 

Es un plato que consiste en la marinada de carne de ternera por medio de especias, diferentes cítricos, sales y leches que permiten la limpieza y descontaminación del alimento, permitiendo el consumo seguro de las carnes. Se consume principalmente crudo, pues es así como conserva el nivel de calorías alto para aportar al organismo. Se acompaña de huevo de ganso o pato, también crudo. Cebolla, cilantro, perejil y jengibre son los principales sabores que se encuentran en este alimento.

2) Olla mongol 


La olla mongol es una sopa tradicional de las estepas, consumida principalmente en invierno. Su alto consumo se debe a que ayuda a resistir las bajas temperaturas de las regiones rurales en las noches. Tradicionalmente se prepara dentro de la yurta, calentando el ambiente para una cálida y confortable noche nómada. 


Consiste en un caldo largo de especias y verduras, tales son la cebolla, el apio, el pimentón y la zanahoria. Aromatizado con especias típicas de oriente, como el ajonjolí y el jengibre, a veces un poco de curry y mucha pimienta que le dan a esta sopa un valor nutricional elevado. Finalmente, en el centro de la yurta, cuando la sopa hierve, se le agrega rollitos de carne de ternera o yak, permitiendo que la cocción de estas suaves carnes sea mínima, para aprovechar sabores y nutrientes. 

Una variante del jengibre de tono rojo le da su color característico, un rojo profundo y homogéneo. Es acompañada por salsas a base de leche y crema de leche de yak y cabra. Al momento de servir se pone en el tazón una porción de tallarines, de cocción rápida, que hacen de este plato uno muy completo y por supuesto muy ligado a la cultura de nuestro País.

3) Khuushuur:

Los khuushuur son empanaditas de carnes varias, normalmente de res y de oveja, se hornean y quedan listas. Se trata del perfecto pasabocas mongol. Son preparadas a base de harina de arroz o de trigo, dependiendo de la disponibilidad de las mismas. Fueron diseñadas por los nómadas para tener algo fácil y rápido de consumir en los largos viajes tras los pastos frescos de las estepas más orientales, hacia la región de Dornod.

Su masa es crocante y delgada y muchas veces los remanentes en los viajes se ponen dentro de la olla mongol, luego de su punto de ebullición, a manera de wom toks. Al acampar no hay nada mejor que aprovechar el tiempo para descansar y volver a empacar, es por eso que este fácil y rápido tentempié es muy popular entre las familias rurales de Mongolia. 




4) Buuz:


Al estilo wom tok chino, vemos estos envueltos de masa al vapor, llenos de verduras y carnes finamente picadas, fáciles de preparar y con las materias primas que existan a la mano. La tradición nómada no dicta un relleno estricto, pero principalmente se preparan a base de ajo y cebolla acompañando la ternera magra el cordero. Como venimos resaltando, un plato lleno de calorías que ayudaran a quien las consuma a soportar el inclemente clima de la estepa.


Se aderezan con salsas agridulces, marinadas que se fermentan en las botas de cuero de los nómadas a caballo durante sus travesías, a base de ajo, cebolla, pimientos y mieles, estas salsas proporcionan a la simple preparación un toque especial que solo se consigue a través del tiempo y la conservación de la tradición. 

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